MARIO SOTO
A Mario Soto nunca le ha importado qué tan peligroso, qué tan distante o qué tan complicado sea el salto que debe dar. Un día dijo que se iba a dedicar al bicicrós y lo hizo.
Después dijo que quería ganar y se cansó de ganar.
Les dijo a sus padres que se quería ir a estudiar y a correr a Estados Unidos y eso está haciendo.
Luego se atrevió a repetir, como lo había hecho desde cuando era apenas un niño, que su futuro estaba entre la física nuclear y la NASA, y la idea le sigue rondando.
Y también de tanto correr, alguna vez, hablando con sus amigos, dijo que algún día sería campeón mundial. Eso está por verse: hoy, en Saskatoon (Canadá), en el sur del país, cerca a la frontera con Estados Unidos, comienza el Campeonato Mundial de Bicicrós, avalado por la Unión Ciclística Internacional.
En septiembre Mario Andrés Soto Eschebach cumplió 18 años, en diciembre recibió su título de bachiller del Colegio del Bosque. Fue ahí cuando reunió a sus padres y a sus dos hermanos mayores que él y les dijo que había llegado el momento de dar el salto, quizás el más importante de su vida.
Cuando corría en la pista de El Salitre, en la de La Salle (ambas en Bogotá), en la de Melgar (Tolima), en la de Chinchiná (Caldas), en la de Cali, en todas las que hay en Colombia, casi siempre ganaba.
También, cada vez que viajaba a Estados Unidos no era raro verlo pasar de primero o por lo menos en el grupo de los punteros.
El año pasado ganó el Intercontinental, en Ibarra; el Internacional UCI, en Sarasota (Florida); el USA Open, en Louisville (Kentucky), el Campeonato Nacional, allá mismo al día siguiente; el Internacional de la Raza, en Viña del Mar (Chile) y el título de mejor bicicrosista suramericano, para solo hablar del pasado más reciente.
Cómo te vas? Sólo necesito que me den el pasaje y yo me cuadro allá , les dijo a sus padres.
Cómo te vas a ir, si tú no tiendes ni la cama? , le contestó Gladys, su mamá, que desde que Mario empezó a hablar de irse a Estados Unidos se empezó a preocupar.
Es obsesivo. Cada vez que se propone algo, no descansa hasta conseguirlo. Así ha sido siempre. No quedó otra alternativa que apoyarlo , recuerda ella.
Tomó sus dos bicicletas, sus tenis, sus uniformes reforzados por todas partes, su música rap, se puso el casco, se ubicó en el partidor y salió disparado hacia Miami, así, como si fuera una competencia más.
Y llegó a Miami, en donde más de una vez había corrido. Se instaló en la casa de una señora amiga, que tenía dos hijos bicicrosistas y la rutina quedó definida: el college y la pista de bicicrós. Tres meses después ya tenía patrocinador.
La firma Dan s Competition lo inscribió en sus filas. Por ahora no recibe sueldo, pero le pagan las inscripciones. Ellos corren con los gastos de desplazamientos y los uniformes y hace unos meses le entregaron una bicicleta nueva, último modelo. Nada más.
De Bogotá siguen llegando los dólares que sus padres le mandan mensualmente para la alimentación, la vivienda -ahora comparte un apartamento con dos bicicrosistas más- y otros gastos.
Mami, los quiero mucho , dice cada vez que se comunica con su familia en el barrio Modelia, en Bogotá.
Nunca lo he sentido triste, aburrido o con ganas de volver. Ya habla inglés perfectamente y lo más seguro es que en septiembre esté en la universidad. Siempre recuerdo cuando llegaba a pedir algún permiso para ir a correr a cualquier parte, y si nosotros le decíamos que no, él se encargaba de hacernos ver lo importante que era para él. Siempre, con mucha inteligencia, conseguía el permiso , recuerda Gladys.
El primero de julio regresó a Bogotá. Llegó distinto, más serio, más maduro. Apareció con la ropa limpia, pero toda manchada. En la lavadora pone la blanca, la negra, la azul. No discrimina. Lo único que le interesa es que esté limpia.
No preparaba sus vitaminas. Un día le enseñó a Rosita, la señora que nos ayuda en la casa, y nunca más se volvió a encargar de hacerlo. El primer día se levantó de la mesa y llevó y lavó los platos en la cocina.
Aprendió a cocinar, a lavar, a tender la cama. A ser ordenado , asegura su mamá.
Así, poco a poco dejó de ser el niño que pintaba grafitos y el niño que hablaba y hablaba como loco de llegar a la luna y de grabar un disco de música rap.
Ahora, no deja de hablar del Mundial. El año pasado en Brighton (Inglaterra) quedó de noveno en la categoría junior. Fue un mundial diferente, en donde solo estuvieron los mejores del planeta.
Fue ahí cuando me convencí de que si quería llegar a mi mejor nivel, me tenía que ir , dijo alguna vez.
Soto lleva más de seis meses trabajando, tan obsesivo o, quizás, más obsesivo que nunca, con el deseo firme de poderse vestir con la camiseta arco iris que la UCI le entrega única y exclusivamente a los campeones.
El es el colombiano más opcionado para alcanzar una buena figuración en este Mundial. No será fácil porque los ingleses y los estadounidenses estarán ahí en la pelea, en el mismo partidor en donde este fin de semana saldrá en busca de un título en elite o en cruceros elite, las categorías más altas. No importará qué tan grande sea el obstáculo, qué tan alto habrá de saltar.
El Campeonato Mundial de Bicicrós que terminó ayer en Brighton (Inglaterra) fue diferente.
Y lo fue, porque corrió gente de mucha experiencia, profesionales de esta disciplina, que participa todo el año en los mejores torneos del mundo.
Colombia no alcanzó ningún título, como en torneos anteriores, pero tuvo en Mario Soto, un bogotano de 17 años, a su mejor corredor. Avanzó hasta la ronda semifinal Soto, bicicrosista de Pony Malta-Avianca, terminó de noveno en la división junior, ganada por francés Carmine Falco.
Dos triunfos en menos de 48 horas logró en Estados Unidos el bicicrosista Mario Soto.
El viernes fue campeón del USA Open de Bicicrós. Ayer, ganó de punta a punta en cruceros 17 años el Gran Campeonato Nacional de Estados Unidos, en Louisville, Kentycky.
Terminó de primero en las tres mangas eliminatorias, en los cuartos y en la semifinal. Derrotó en la final al estadounidense Kevin Royal, del equipo GT, campeón mundial el año pasado en Melgar.
Es la primera vez que un bicicrosista colombiano gana dos título en Estados Unidos.
TOMADO DE EL TIEMPO. COM
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